Un hijo lo cambia todo…
Escrito por Daniella Yannuzzelli
Años atrás pasé cerca de un letrero que decía: “Un hijo lo cambia todo”. En aquel momento me pareció una excelente frase publicitaria. Tiempo después me convertí en mamá de dos maravillosos hijos: un niño y una niña. Desde entonces, pude comprobar en mi vida diaria que aquella no sólo era una simple frase sino una innegable realidad.
Un hijo cambia tus prioridades, tus puntos de vista, te obliga a cuestionarte, a crecer y a superarte. Con un mundo más estable, donde no existían tantos apuros o urgencias, y donde la influencia del mundo exterior llegaba mucho más tarde a los niños; las mujeres aprendían el arte de criar sus hijos tomando como ejemplo a sus madres, tías, y abuelas. No dudamos de que en todos los tiempos las madres han enfrentado continuos retos, dudas, e incertidumbres.
Pero el cambio evidenciado en nuestra sociedad con los avances del conocimiento, desarrollo de tecnología entre otros, afecta directamente nuestro rol de la madre y del padre también. Nuestros retos, dudas, e incertidumbres se vuelven mayores debido a la rapidez y la variedad de temas que debemos resolver, muchas veces sin mayor apoyo que el de nuestra intuición. También es notorio que nuestros hijos no se comportan como los niños se comportaban antes. Muchas veces nos quedamos sin saber cómo actuar frente a ellos.
Buscando encontrar respuestas a muchas dudas o incertidumbres conocí una metodología llamada Disciplina Positiva. Participé en talleres, a través de los cuáles obtuve herramientas prácticas que me han permitido iniciar un camino a ser una madre más respetuosa pero firme y efectiva a la vez. Partiendo del resultado que quiero obtener a largo plazo, me cuestionó: ¿Quiénes quiero que sean mis hijos en el futuro, como adultos? Entonces actúo y adapto mis respuestas en el día a día como madre en función de ese resultado.
La Disciplina Positiva es una metodología creada en el año 1988 por las doctoras en psicología Jane Nelsen y Lynn Lott. Poco a poco fueron desarrollando el contenido de los talleres de Disciplina Positiva que brindan una serie de herramientas prácticas y vivenciales permitiendo al padre o madre interiorizar los conceptos impartidos. El objetivo principal de los mismos es entender mejor el comportamiento tanto del niño así como el de los padres, para lograr establecer una relación respetuosa donde el adulto sea firme y la amable a la vez.
Los metodología utilizada fue fundamentada en la teoría desarrollada en 1920 por los doctores en psiquiatría Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Adler y Dreikurs introdujeron la idea de educar a los padres para criar a sus hijos y promovían un mejor trato a los niños basado en el respeto mutuo.
En sus estudios, Adler y Dreikurs indican que la primera meta de ser humano es sentir que pertenece y que es importante en su ámbito social: familia, escuela, amigos, etc. Es muy fácil para nosotros como padres darnos cuenta de que nuestros hijos quieren se importantes para nosotros y usan distintas formas que les permite sentirlo: “Mamí mírame”, “Mira mi dibujo”, “Papi viste que bien hice el juego” escuchamos frecuentemente.
Tanto niños como adultos estamos constantemente tomando decisiones que marcan nuestro comportamiento. Los niños son excelentes OBSERVANDO Y PERCIBIENDO que pasa en su entorno, pero no tienen habilidades de INTERPRETAR correctamente lo que perciben. Es allí, cuando en muchas ocasiones establecen CREENCIAS equivocadas sobre las cuales toman DECISIONES para conseguir lo que quieren: sentir pertenencia y significancia. El siguiente gráfico muestra el proceso descrito previamente para una mejor comprensión.
¿Cómo sucede esto en la vida diaria se podrán preguntar? Una situación muy común que nos ayudará a ejemplificar el proceso es la siguiente:
Supongamos que Juan es un niño de 4 años y tiene un hermano de pocas semanas de nacido. El hijo mayor, que hasta ese momento era el centro de toda atención en su entorno familiar, pasa a tener poca o ninguna atención y cambia su comportamiento: empieza a hablar como bebe, quiere nuevamente chupón o biberón, se vuelve a hacer pipi en la cama, entre otras tantos posibles comportamientos.
¿Qué esta sintiendo, pensando y decidiendo ese niño?
Observa: abuelos, tíos, amigos visitan para conocer al nuevo bebe. Mamá ya no tiene mucho tiempo para mí, pasa mucho rato alimentando, cambiando, cuidando mi nuevo hermano.
Interpreta: ya no soy importante, ya no tienen tiempo para mi, ya no me quieren porque soy más grande.
Cree: yo cuento (pertenezco) sólo cuando tengo tu atención, cuando te mantengo ocupado conmigo.
Decide: comportarme igual que mi hermano bebé para conseguir la misma atención que tenía antes.
Un niño que se comporta mal, en realidad nos trata de decir: “Siento que no soy importante para ti”, “Siento que no pertenezco a esta familia”. Para la mayoría de los adultos es muy difícil reconocer el significado oculto del comportamiento “inapropiado” de un niño. Para mayor claridad de este concepto, podemos imaginarnos un iceberg. Sabemos que lo que se ve del iceberg es solo una pequeña parte de su verdadero tamaño. Haciendo una comparación, la punta del iceberg representará la conducta inapropiada que vemos en el niño. Mientras que la parte que no se ve del iceberg, y que tiene la porción más significativa representará lo que el niño nos quiere decir, su menaje oculto o codificado.
Es importante que el adulto conozca que el niño no es consciente del mensaje oculto o codificado. Si Usted le pregunta por qué se comporta de esa forma el niño le responderá que no lo sabe o le dará alguna excusa.
Existen 4 creencias erradas que el niño se forma a través de su mala interpretación de lo que observa en su entorno: atención excesiva, poder mal dirigido, venganza, e insuficiencia asumida. El niño hará lo que tenga que hacer para alcanzar la meta errada que haya establecido como creencia.
La próxima vez que su hijo o hija se comporte de manera inadecuada recuerde el iceberg y pregúntese: “¿Qué es lo que me quiere decir realmente mi hijo?” Luego recuerde el mensaje oculto “Soy un niño y quiero pertenecer”. Esto le permitirá a Usted abordar la situación, evitando reaccionar instintivamente. Tome unos momentos para calmarse, use un tono de voz respetuoso, y un lenguaje corporal adecuado que le muestre al niño su real interés en lo que le sucede. Con un cambio de actitud, el adulto ayudará al niño a sentirse comprendido, permitiendo así el niño inicie el cambio de su conducta.
Todo niño debería tener la oportunidad de sentirse seguro junto a sus padres cuando se ha equivocado. Mamás y papás tenemos la oportunidad de dejar una huella e influenciar positivamente la vida de cada hijo. Nuestro momento de hacerlo es hoy.
Colaboración de Influencia Positiva
Email: influenciapositivaec@gmail.com
Instagram: @influenciapositivaec
Celular: 0999 777 525